Graves daños en el ambiente por el cultivo extensivo de ‘berries’.
En los 15 años recientes, la agroindustria en Jalisco ha cambiado no sólo el paisaje mazorquero y cañero tradicional del estado, sino el entorno económico, social y productivo del campo que incluye tala clandestina, despojo de tierras mediante rentas o compras –muchas veces forzadas– a comuneros, ejidatarios y pequeños productores, incendios forestales para tener más terreno, deforestación, perforación de pozos, robos de agua, precarización laboral, así como afectación ambiental y a la salud.
Concretamente en Jalisco, bajo el proyecto impulsado por tres administraciones estatales –del panista Emilio González, del priísta Aristóteles Sandoval y del actual emecista Enrique Alfaro– el llamado “gigante agroindustrial” cada vez siembra menos maíz y se dedica a la plantación de berries y aguacates.
En el camino, el estado perdió su liderazgo nacional en la siembra del maíz que hasta 2017 siempre encabezó. Una reconversión en la que el dinero y no la autosuficiencia alimentaria es la meta, un ejemplo a escala de lo que también ocurre en gran parte del país.
En 2021, según cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) del gobierno federal, Jalisco ocupó el segundo lugar nacional con 848 mil 261 toneladas de maíz amarillo (un 0.4 por ciento menos que un año antes) y también quedó en segundo lugar en producción de maíz blanco, con 3 millones 95 mil toneladas (apenas un 0.2 por ciento más que en 2020).
“Hasta hace 20 años era muy común encontrar aquí los campos de maíz tapizados, pero la producción de berries vino a sustituir esa tradición, porque es industrial y produce todo el año. Tuvo mucho que ver que la producción de maíz no era rentable, era de autoconsumo y había enormes extensiones de tierra que sembraban maíz y en muchos casos hasta terminaban perdiendo”, dice el presidente municipal de Zapotlán el Grande, Alejandro Barragán.
El municipio, cuya cabecera es Ciudad Guzmán, es el mayor productor de berries (zarzamora, frambuesa, fresa y arándano, según el SIAP), en Jalisco, el que más exporta a nivel nacional. Barragán calcula que al menos 10 mil personas, 7 mil de ellas migrantes de estados del sur y sureste del país, trabajan en los túneles de producción de berries.