¿POR QUÉ NO DEJA DE CRECER LA LLAMADA “PUERTA DEL INFIERNO”?

17 Ago 2020

¿POR QUÉ NO DEJA DE CRECER LA LLAMADA “PUERTA DEL INFIERNO”?

El crecimiento del cráter se debe al aumento de temperatura y la deforestación en la zona

Uno de los cráteres más grandes de Rusia llamado Batagaika o ‘La Puerta del Infierno’ no deja de crecer desde que fue descubierto en la década de los 60.

El cráter llamado ‘La Puerta del Infierno’ ubicado en Siberia, Rusia, ha estado creciendo de forma alarmante y, según expertos como Vladimír Sívorotkin de la Facultad de Geología de la Universidad Estatal de Moscú, es imposible que este cráter deje de crecer o se cierre de forma natural.

Desde su creación en los años 60 debido a la rápida deforestación haciendo que la tierra que estaba bajo el Sol directo comenzará a hundirse. Esto comenzó hace unos 25 o 30 años que, hasta la fecha continúa.

Los expertos apuntan a que esto se debe al aumento de temperatura que llega a alcanzar los 30 grados que sigue derritiendo el permafrost -la capa de hielo congelado permanente en Siberia- haciendo que el suelo ceda un poco más cada vez. Aunado a esto, en 2008 hubo una inundación que aceleró el proceso de hundimiento de ‘La Puerta del Infierno’.

Las estimaciones de los científicos indican que, bajo estas circunstancias y factores -el aumento de temperatura y la tala de árboles- han hecho que este cráter aumente al menos unos 10 metros por año en la última década.

Esto ha hecho que ‘La Puerta del Infierno’ llegue a medir hasta el momento un kilómetro de largo y 800 metros de ancho además de 100 metros de profundidad, mismo que sigue aumentando gracias al cambio climático que propicia el aumento de las temperaturas.

Sin embargo, un reciente estudio indica que aunque se logre revertir el calentamiento global, sería imposible que ‘La Puerta del Infierno’ se cierre de manera natural.

Este cráter único es un paso por al menos 200 mil años de historia del clima de la Tierra y de eras paleontológicas pues se han encontrado fósiles de mamuts, bisontes, caballos, alces y renos de al menos 4 mil 400 años atrás.